Hospital Regional de Occidente
Período de 1,840 – 1,994
Como la mayoría de los hospitales que funcionan principalmente en las cabeceras departamentales del país, el hospital General de Occidente con sede en Quetzaltenango, tiene un proceso histórico muy rico e interesante, que se inició con la preocupación de un grupo de personas que consiguen principiar rápidamente a ejecutar acciones de recuperación de la salud para los más necesitados, en instalaciones improvisadas, en el año 1,840 , las cuales poco a poco fueron sustituidas por construcciones más formales, todo esto bajo la tutela y administración de una Junta de Beneficencia renovable, donde estaban representados los diferentes sectores, entre los cuales destacaban la Iglesia Católica, vecinos honorables, industriales, comerciantes y artesanos, que además de su trabajo y de su tiempo, hacían donaciones valiosas y motivaban a otras personas para que se sumaran a esta noble causa.
El inicio del hospital, ya con cierta formalidad data del año 1,844 destacando en este proceso la actuación de la Compañía de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, quienes aportaron a sus misioneras, principiando con Sor Gabriela Thouluc y muchos otros nombres ilustres que le han sucedido, entre los cuales se recuerda en forma especial a Sor Enriqueta Ortiz (ya fallecida).
El Hospital General de Occidente, bautizado también como Hospital San Juan de Dios, llegó a ser propietario legal de un sinfín de inmuebles urbanos y rústicos, que le fueron permitiendo subsistir y sufragar sus gastos de operación. Entre las propiedades con las cuales contó el hospital, pueden mencionarse importantes extensiones de tierra (fincas) con función triguera y maicera todos situados en los alrededores de la ciudad de Quetzaltenango; una hortaliza de una manzana de extensión; un molino de trigo con su respectivo silo, una fábrica de ladrillos de cemento y varios terrenos boscosos, de donde se extraña la leña que servía como combustible en las cocinas y lavanderías del hospital.
Con el crecimiento de la población, los servicios del hospital, también fueron creciendo y haciéndose más complejo, lo que fue requiriendo mayor cantidad de personal, tanto médico como paramédico y administrativo, hasta llegar a tener una presencia muy notoria en toda la región occidental y ser considerado como un centro de atención muy importante y demandado del país.
Con la revolución de octubre de 2,994, se operaron profundos cambios en toda Guatemala. Uno de ellos fue la institucionalización de la atención de la salud para toda la población, incorporándose al Estado la responsabilidad del funcionamiento de todos los establecimientos hospitalarios que se venían administrando en otra forma, especialmente por Juntas de Beneficencia, pasando así todos los hospitales a formar parte de la red nacional de establecimientos de salud, adscritas primero, a la Secretaria de Hacienda y de Sanidad y luego el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, creado en 1,945 09r la Constitución de la República. Por consiguiente, todas las propiedades y enseres que pertenecían al hospital Regional de Occidente, pasaron automáticamente a ser propiedad del Estado, aunque algunas continuaron siendo usufructuadas por el hospital, hasta su desaparición total.



Período 1,945 – 1,975
Período 1,976 – 2,000
- El revestimiento de las paredes de las salas de operaciones, no son completamente lisas y lavables. Pudieron ser con repello fino o recubiertas con ladrillo cerámico. Sus pisos son conductivos. No se previó ni se dejaron cuartos para los médicos residentes he internos de turno, a pesar de ya existir en ese tiempo.
- El área de urgencias no se diseñó acorde con el flujo de pacientes y su creciente aumento.
- El sistema de drenajes no tiene ningún tratamiento previo.
- No se construyó un incinerador para desechos hospitalarios de riesgo que fuera adecuado.